lunes, 27 de octubre de 2014

Vivir bien. Vivir mal

    


    Algunos cuando piensan en la palabra >>calidad<< la asocian inmediatamente a la idea de un bien material. Por lo que al sugerir la frase >>calidad de vida<< se tiende a ligar este concepto casi exclusivamente al bienestar material o económico. Esto no es real.
     
    En la totalidad de cosmos existe lo que conocemos como "orden natural de las cosas". El Ser humano no escapa a las generales de esta realidad. Sencillamente no tenemos el poder de alterarlo, de manipularlo a nuestro antojo. El estado de orden tiene un carácter universal. 

    En el caso del Ser humano, este orden nos encuadra en un tiempo y un espacio limitados. Por más que lo deseemos, el día tiene 24 horas y el espacio que ocupamos también determina ciertos límites para que desarrollemos nuestras acciones.
Calidad de vida, refiere puntualmente a cómo administramos en nosotros este tiempo y espacio de forma equilibrada y saludable.

Tiene tan poco sentido trabajar sufriendo de sol a sol a los fines tanto de subsistir como de acumular riquezas inmensas. 
Tiene tan poco sentido no trabajar para tener tiempo ocioso, como destruirse la salud por exceso de trabajo.
Tiene tan poco sentido padecer relaciones turbulentas y cargadas de conflicto, como aislarse del prójimo para alejarse de los problemas.
Tiene tan poco sentido sufrir la gula, como el hambre.
Tiene tan poco sentido vivir en la fantasía de que todo es maravilloso, como vivir desde el pesimismo y la falta de fe y esperanza.

     Las puntos anteriores como podrán notar, tienen algo en común. Ese algo en común es el "estado extremo de las cosas" Es la no-ecuanimidad y el desequilibrio que estresa y enferma.
No es posible, de ninguna manera la armonía en nuestra vida si vivimos oscilando entre extremos. 

Los afectos. El trabajo. Los momentos de ocio para disfrutar de un hobby. La satisfacción de las necesidades básicas. La práctica espiritual, que no es lo mismo que la práctica de una religión y la capacidad emocional de mantener a raya las emociones negativas son en lineas generales los factores centrales que nos permiten vivir más a pleno, que no es lo mismo que intensamente. 

Los afectos, que son elección propia, son fundamentales en el proceso de humanización y socialización. Los amores en sus diferentes clases, incluso el amor propio, dan sentido a nuestras vidas. 
Es difícil atravesar las horas diarias de trabajo cuando sentimos que nuestros sueños de realización pasan por otra profesión. Es frustrante, porque el trabajo es un medio fundamental a través del cual el hombre despliega sus capacidades innatas y se siente útil.
El ocio es la oportunidad de desconexión con la rutina, ya sea para dedicarlo a la reflexión positiva o al entretenimiento.
Alimentarse, curarse, tener un techo bajo el cual resguardarnos implica pertenencia a un lugar. Seguridad de saber que contamos con un lugar  dónde volver cada día.
La práctica espiritual refiere a un proceso de instrospección y conexión absolutamente personal, privado. Es el contacto que habilitamos hacia lo más profundo de nuestra consciencia. Esas profundidades del alma donde disolvemos todos nuestros miedos e inseguridades para refrescarnos y volver a subir.
Esta vida de espiritualidad autentica, no puede producir otra cosa que no sea paz interior, temple y serenidad. En fin, ganas de estar bien.



Muchas gracias por estar!



 

No hay comentarios:

Publicar un comentario