En este sistema de altisima complejidad, el cerebro es el comando central. Actualmente se conocen cuáles estructuras intervienen, cuál es el mecanismo que produce las emociones negativas y por el cual el cuerpo se enferma.
CEREBRO EMOCIONAL
En lineas generales el cerebro se divide en tres partes fundamentales:
anterior o corteza (zona de mayor evolución)
medio, o cerebro emocional (sistema límbico)
posterior o romboencéfalo (el más rudimentario)
El sistema límbico es el cerebro emocional y sus áreas son: Amígdala, hipocampo, hipotálamo, lóbulo temporal, cuerpo calloso, corteza pre frontal, núcleo septal. Éstas estructuras procesan y determinan las actividades emocionales en el individuo tales como, amor, tristeza, miedo, ira, desesperanza, alegría, felicidad, agresividad, empatía, etc.
El hipotálamo es el responsable de las funciones neurovegetativas, regulación de la temperatura corporal, vigilia, centro sexual, regulación del apetito, regulación del placer y la ira. Relativo a este último ítem diremos que interviene en las >>formas<< de expresión tanto del placer como de la ira.
La amígdala es la moduladora por excelencia de los eventos emocionales extremos e intensos y se activa cuando presiente un peligro inminente para la supervivencia. Es la generadora de las reacciones emocionales más viscerales y repentinas.
El área pre-frontal corresponde a la corteza cerebral frontal en la que se regulan estados afectivos.
DESARROLLO
Los humanos tenemos múltiples conexiones entre esta área pre frontal y las estructuras límbicas que implican una basta variedad y amplitud de sentimientos. Por más perturbador que nos resulte en algunas ocasiones, la verdad es que éstas conexiones son de gran importancia puesto que regulan las respuestas ante las señales emocionales.
Las partes del cerebro se interconectan entre sí y su apropiado funcionamiento es esencial para mantener el equilibrio emocional. El estado de salud.
Cada emoción esta generada por una química específica. Esta química, bajo el nombre de >>hormonas<< es producida por el cerebro y vertida al torrente sanguíneo. Recorrerá todo nuestro cuerpo e impactará en aquellos órganos sensibles a dicha química. Los químicos asociados a los estados emocionales negativos son especialmente distintos de aquellos vinculados a estados positivos. Son literalmente, verdaderos venenos para el organismo debido a que deprimen el sistema inmunológico y acidifican los tejidos en los cuales podrán depositarse y desarrollarse distintos tipos de agentes patógenos.
PODEMOS DISCIPLINAR LAS EMOCIONES. Nuestro cerebro puede aprender, siempre.
LA FELICIDAD ES UN ESTADO DEL CEREBRO
Nuestros centros emocionales se conectan con el sistema inmune y cardiovascular.
El hipotálamo regula las funciones neurovegetativas como la temperatura, la vigilia, regulación de la función cardiovascular... y tiene una íntima relación con la amígdala que dispara emociones como la ira, el pánico... Podemos apreciar entonces como una emoción fuerte que dispara la amígdala hacia el hipotálamo produce síntomas en los sistemas cardiovascular y otros, como cuando notamos una variación de la presión arterial.
Cada emoción tiene una función primaria y ésta es la de preparar al cuerpo para reaccionar:
Felicidad: Aumenta la actividad cerebral en el centro y por consiguiente la energía, disminuye los sentimientos negativos, libera endorfinas (la hormona de la felicidad)
Disgusto: Conduce al estreñimiento, el insomnio, la hipertensión, la gastritis, entre otros.
Sorpresa: Dilata la pupila y aumenta el campo visual
La ira: Aumenta la adrenalina (hormona) en sangre, incrementa el ritmo cardíaco, afecta la función hepática e inflama la vesícula biliar.
El temor: Concentra la sangre en los músculos inferiores (piernas), nos prepara para la huida
Amor: Relaja el organismo y produce un estado general de calma.
Tristeza: Disminuye las endorfinas, disminuye la capacidad del sistema inmunológico y pone al organismo en un estado como de letargo, falto de energía.
UN DATO CLAVE para ayudarnos a tomar consciencia.
Un minuto de pensamientos y palabras negativas provoca una caída de 6 hrs de nuestro sistema inmunológico.
A mayor excitación de nuestro cerebro emocional, menor influencia de nuestro cerebro lógico y reflexivo. Nos transformamos así, en puro impulso. Literalmente dejamos de pensar para pasar a reaccionar. Los estados emocionales negativos generan neuroquímicos (cortisol, adrenalina...)que enferman.
Los estados emocionales neutrales o ligeramente positivos liberan neuroquímicos (serotonina, dopamina, gaba, enforfina...) que producen felicidad, serenidad y un buen estado de salud general.
LOS NEUROTRANSMISORES. Qué son?
Sustancias químicas responsables de transmitir las señales entre neuronas mediante las denominadas sinapsis (conexiones), algunas son producidas por glándulas como la pituitaria o hipófisis y adrenal. Veamos el papel que cumplen y cómo se explican instalación de las patologías.
POSITIVO y NEGATIVO
El >>placer físico<< es a causa de un torrente de dopamina (neurotransmisor) en el sistema de recompensa del cerebro. La alegría, es al mismo tiempo, ausencia de emociones negativas.
Cuando se instalan las emociones negativas (tristeza, miedo, desesperanza, frustración, ira...) implica la disminición de los neurotransmisores de la alegría (dopamina).
Si la amígdala considerara que algo es amenazador, liberará neurotransmisores del estrés (cortisol , adrenalina , noradrenalina)
Ante un deseo, hay liberación de dopamina. Ese deseo hace que se instale una acción que es provocada por otro neurotransmisor: adrenalina, esa acción a su vez provoca estado de satisfacción por la liberación de un tercer neurotransmisor (del buen humor) que es la serotonina.
En los hechos lo podríamos figurar así:
Deseo tal cosa (dopamina)
Me pongo en acción para obtener aquello que deseo (adrenalina)
Lo obtengo o estoy en vías de obtenerlo (serotonina)
Sin embargo ante el incremento de estrés psicológico, se elevan los neurotransmisores negativos: adrenalina, noradrenalina y cortisol. Si se trató de un estímulo pasajero, se liberan y el regresa el equilibrio, pero cuando el estado de alerta o estrés psicológico se vuelve crónico, estos neurotransmisores se convierten en tóxicos, dando paso a alteraciones indeseables: cambio en los ciclos de sueño e insomnio, trastornos hepáticos y digestivos, úlceras, hipertensión, colon irritable, taquicardias, depresión...
Nunca es tarde mientras se esté vivo y halla una razón importante para ocuparse de nuestro bienestar emocional.
Busca esa razón! búscala dentro tuyo hasta que la encuentres... y transforma tu vida!
Muchas gracias por estar!
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