lunes, 13 de octubre de 2014

El río nunca se detiene detrás de la roca. Sé el río!

   
  Si existen sueños en tu corazón, existe la manera de lograrlos.

   Aunque si estás sumido en la pereza de los hábitos que adquiriste a lo largo de tu vida y no tienes siquiera la iniciativa para escaparte de ellos, será difícil obtener la plasticidad mental necesaria para adaptarte a las nuevas circunstancias, a nuevas dificultades y a pesar de..., avanzar hacia tus metas!
   
   Fluir es sin más, imitar el comportamiento natural de la corriente que ante una roca en su lecho, no se detiene. Y por qué? Porque la roca no es su destino! Al igual que tus obstáculos circunstanciales no lo son cuando trabajas en un proyecto de vida.
   
   Tu consciencia es ese río y las piedras, el conjunto de impedimentos psicológicos que gobierna tus decisiones, disminuye tus capacidades y voluntad. 
   Si entregarte tus energías a los prejuicios; la autocompasión; el pesimismo; el miedo; al complejo de inferioridad, los condicionamientos culturales, las opiniones ajenas y la negatividad,
perecerás bajo la influencia de las creencia de...
                                                 No puedo hacerlo!  No es para mí!  Demasiado tarde!  Muy costoso!  jamás lo hice bien!  No va a durar!  Imposible!  No me van a escuchar!  No resultará!  Para qué intentarlo si...! Sería inútil...




   La resultante de no creer en ti y no involucrarse con el esfuerzo es la parálisis, la pérdida constante de oportunidades, de tiempo y de energía. Es especialmente un acto de desagradecimiento con la existencia misma.


   Sé el río, no arremetas para partir la roca, búscale los lados sin detenerte y mantén el temple y la calma porque la piedra no es el destino ni objeto digno de distracción alguna. 
Es un reto, una oportunidad milagrosa para aprender y crecer. Y está aquí, porque es necesario para tu crecimiento interior.

Adelante!

Gracias por estar!  

No hay comentarios:

Publicar un comentario