La actividad mental-emocional es un estado de energía. Esta energía puede medirse y valuarse porque acusa una amplitud y frecuencia en función del trabajo de nuestro cerebro. Los estados emocionales negativos generan un tipo de amplitud-frecuencia que impacta de forma directa sobre la función celular. Esto nos convierte en responsables únicos de nuestra salud y nos pone frente a la idea de que "Lo que pensamos y sentimos, se convierten en cosas"
La ansiedad no es una mala palabra sino un estado psicológico natural cuya función es ponernos en acción con un propósito concreto. La resumimos como un "estado natural de inquietud por..." Es lo que tiende a movernos a... o hacia... y es necesaria al igual que lo son el miedo, la alegría o la tristeza, por razones de supervivencia.
Podríamos referirnos entonces a una "ansiedad positiva" que es moderada y no implica ningún tipo de desorden en la mente sino todo lo contrario, y está asociada a la acción de conducirnos a hacer cosas concretas con un propósito bien definido.
Ahora bien. Cuándo la ansiedad deja de ser ese motor saludable para convertirse en un problema en nuestras vidas?
Cuando la preocupación se convierte en el foco principal de la atención psicológica. Cuando sentimos que permanentemente se abren en la mente nuevas razones de urgencia al tiempo que no hemos resuelto la anterior. Este proceso resulta perturbador cuando no hallamos una razón puntual a los estados de ansiedad y entonces, la angustia y la intranquilidad se asocian a este desorden que nos terminan afectando en todos los ordenes de la vida, sin excepción.
Básicamente se trata de hábitos de pensamiento aprendidos e incorporados mayormente de forma insconsciente. Aquí no quisiera dejar de mencionar la cuestión del "tiempo" como el elemento clave desencadenante de la preocupación patológica.
Ansiedad y tiempo guardan íntima relación.
La ansiedad en estos grados, insanos, atentan contra la continuidad de todo lo que hacemos, contra nuestro equilibrio emocional, nuestra claridad y rendimiento intelectuales y finalmente contra nuestra salud física.
La ansiedad patológica es la raíz de una impresionante cantidad de enfermedades tanto físicas como mentales.
En el plano intelecto-emocional
En el orden de las emociones, provocan un cortocircuito en las regiones responsables del trabajo intelectual. Esto explica los estados de confusión y el bajo rendimiento intelectual. Concentrarse, analizar, razonar... se vuelve una tarea dificultosa y errática cuando estamos capturados por las emociones negativas. "No podemos pensar con claridad"
Estrictamente en lo emocional, es difícil sobrellevar la angustia y la manifestación de estados de pánico es razón de sobra para buscar ayuda profesional competente.
La mente es un órgano poderoso y sensible al mismo tiempo. Definitivamente puede romperse.
Los cuadros de ansiedad no tratados oportunamente son el sendero que lleva a la depresión psicológica.
En el plano físico
Palpitaciones, sudoración en las manos, desórdenes digestivos, insomnio, mal aliento, bruxismo, caída del sistema inmune, imposibilidad de estarse en reposo, colon irritable, erupciones en la piel, tensión muscular...
TERMINAR CON LA ANSIEDAD ES UNA DECISIÓN estrictamente PERSONAL y se manifiesta en lo que efectivamente hacemos en ese sentido.
Todo aquello que queramos cambiar en nuestra vida necesita del esfuerzo y la constancia. Busquemos esa motivación en nuestro interior. Es importante tener una o muchas razones porque son el reservorio de energía que nos pone a trabajar con un fin.
En primer término debes saber que el cerebro todo lo aprende, sin importar la edad, y existen formas para conducir este re-aprender.
La ansiedad patológica es una reacción aprendida por tu cerebro. Tu trabajo ahora es re-educarlo.
EL TRABAJO
1- La clave fundamental es practicar la OBSERVACIÓN CONSCIENTE de ti mismo. Una gran mayoría de las cosas que haces durante el día y mientras estas despierto, las haces de manera autómata. Son hábitos que no requieren de tu atención consciente. Volverte consciente a tus actos y pensamientos es fundamental para cambiar las conductas intelectuales y prácticas que te sumen en la ansiedad.
Es decir que, para cambiar una actitud debes estar atento a ella.
2- "Disminuye" tu ritmo cotidiano. Notarás que tu mente intentará ir más rápido, tratando de arrastrarte a esos estados de preocupación sin sentido. Pero recuerda que ya cuentas con la observación consciente como tu primera herramienta. En estos casos, ignora esos impulsos emocionales, sin luchar contra ellos, y vuelve tu atención a lo que estás haciendo en ese momento y solo en ese momento, todas las veces que sean necesarias. La mente aprende por repetición. Cada vez que repites una forma particular de pensar y hacer las cosas, se refuerzan las conexiones neuronales que establecen nuevos caminos para la conducta.
3- Mediante la observación consciente procura intervenir en tu cuerpo cuando notes movimientos musculares repetitivos y compulsivos, incluso el cambio permanente de posturas. En fin, ponle un stop a la manifestación de ansiedad en tu cuerpo. Toma el control!
4- Antepone tus esfuerzos por terminar lo que emprendes. El dejar detrás, tareas incompletas, alimentan aún más la ansiedad y la angustia. Además de agregar el sentimiento nefasto de la culpa. Para quien padece de ansiedad, ejercitar esta práctica es fundamental porque garantiza la continuidad no solo en los pequeños trabajos, sino también en los grandes proyectos de vida. Comenzamos aplicandola sobre pequeñas cosas y poco a poco, y a medida que vamos notando cambios, vamos también haciéndolo sobre tareas más y más importantes. La transformación es progresiva, pero segura.
5- Cuando alguien te encomiende una tarea o te pida un favor, contente en el impulso de decir "sí" sin antes evaluar las posibilidades reales de conceder ese tiempo y esa dedicación para cumplir con lo encomendado o el favor. El "no" al igual que el "si", también es una respuesta y darla cuando corresponde no es un pecado ni un delito, sino el resultado de tu sentido común. Utilízalo!
6- Permítete un tiempo diario para relajarte y concentrarte en lo que te gusta hacer. Olvida el mundo! Este rato es tuyo y fuera de él no existe nada más.
7- Trata de comprender que la vida entendida como el conjunto de pensamientos, emociones y acciones no existe en el pasado, tampoco en el futuro. Solo puedes ser consciente de la vida en el momento en que sientes y percibes estas vivo. Ni antes ni después hay nada. Detrás... son recuerdos. Delante... nadie lo sabe. Tu única oportunidad de estar bien y tranquilo, es AHORA.
8- Yoga, natación, tai-chi, meditación zen, meditación budista, vipassana, reiki, deportes varios, técnicas de respiración, hobbies, etc Las prácticas individuales y grupales son un excelente recurso para mejorar nuestra calidad de vida. Y cada quien debe descubir cuál de ellas se ajusta a su personalidad y preferencia. Esto implica la tarea de ocuparse, informarse y probar. Adelante!
Los psicofármacos son un recurso útil en la emergencia, pero por sí solos no eliminan la raíz de la ansiedad. Su función es la de mantener las emociones desbordantes a raya para que la psique más o menos estable pueda razonar. De esta forma se puede establecer un mejor y más fructífero contacto con el terapeuta.
Cuidado! la autoprescripción de psicofármacos es peligrosa y puede agravar los cuadros psicopatológicos.
Gracias por estar!
No hay comentarios:
Publicar un comentario