jueves, 23 de octubre de 2014

Del pensamiento a la palabra.

   

   Todo pronunciamiento siempre tenderá a manifestarse.
Las palabras que elegimos decir nacen de nuestros estados internos, de nuestras creencias y también de nuestros prejuicios. Lo que de nuestra boca sale, es nuestra carta de presentación ante los demás. Las palabras son consecuencias de nuestros pensamientos, los cuales muchas veces reprimimos o simplemente olvidamos. Nuestros actos fallidos parten de esas verdades interiores que nuestra conciencia algunas veces logra censurar. Muchas otras, no.

   Cuando sentimos que la vida no se encuentra en los mejores momentos y la mente se contamina de negatividad, experimentamos la frustración, la autocompasión y la desesperanza. Llegados a este punto, te propongo un ejercicio.

"Pon especial atención a tus palabras y pensamientos y toma nota de ellos" porque lo que piensas y expresas en palabras, lo creas o no, facilitan las condiciones para que tu vida esté en consonancia con ello.
   Pensamientos y palabras pertenecen al nivel cuántico de la existencia. El nivel de la energía y la información. Estos dos fenómenos no son un capricho inútil de la naturaleza. Tienen un fin que es, establecer un hilo conductor que anclado a tu presente se proyecta hacia adelante, hacia el después inmediato.
   Y cómo es que sucede esta proyección?
Sucede desde la lógica siguiente: Es imposible pretender que nuestra vida sea plena y feliz cuando nutrimos nuestra mente con ideas negativas y exhalamos en consecuencia palabras cargadas de crítica, odio, desprecio, etc. Es real que internamente cada persona protagoniza un constante ir y venir entre lo negativo y lo positivo, la dualidad del mundo. Nuestro desafío permanente es mantenernos en los valores positivos todo el tiempo que nos fuera posible. Ésta realidad construida en ti mismo y en este preciso momento no es otra cosa que la proyección de tus contenidos internos. Como es dentro tuyo, será afuera. 
Pero además de esto, también ocurre que provocamos un impacto en la psique de los demás, atrayendo hacia nuestro círculo más cercano a toda persona cuyas energía vibren en consonancia con las nuestras. 
   Recuerda que somos seres sociales y naturalmente tendemos a integrarnos en grupos más o menos homogéneos. Lo igual se atrae. Lo diverso se repele.
Es fácil comprobarlo observando. 

     
   Las personas optimistas, apacibles y equilibradas tienden a constituir grupos de apego en los que sus integrantes mantienen este grado de actitud y conducta promedio. Alguien cuyas reglas de actitud y conducta ante la vida, resulten ser pesimistas, confrontativas o pendencieras, encontraría difícil su aceptación  y no demoraría mucho en abandonar el grupo debido a esta medular incompatibilidad que resultará en una rechazo.

   Cómo es que toman fuerza y arraigo los pensamientos?

   Los elementos fijadores de un pensamiento en nuestro subconsciente, es el SENTIMIENTO y la REITERACIÓN. 
A mayor emoción puesta sobre ese pensamiento y a mayor repetición, mayor será la huella en nuestra mente y más fuerte esa conexión neuronal. A medida que pasa el tiempo y con cada evocación lograremos afianzar lo que fuera que sea el contenido de esos pensamientos: creencias, valores, maneras de percepción de la realidad o formas de ser y de accionar sobre la realidad. 

   El entorno inmediato  y nuestra vida tal como la sentimos son nuestra propia construcción. Ello no nos hace culpables sino responsables porque aunque nos de un poco de miedo, debemos saber aceptar que el timón de nuestro barco esta en nosotros mismos y no en la voluntad ajena: el padre, la esposa, el maestro, el jefe, el vecino,...






   La técnica que nos conduce a este cambio fundamental es LA PRÁCTICA. 

1- Negar los pensamientos inservibles y obstaculizantes de nuestro bienestar interior, sin que ello signifique pelear contra ellos sino solo negarlos. Y con el siguiente fin.

2- Sustituirlo por otro positivo y constructivo. Si habíamos tomado el hábito de encontrarnos con personas negativas, ahora buscaremos dejar esos círculos para acercarnos a otro tipo de gente.
Si solíamos tener ideas limitantess respecto de nuestras capacidades y talentos, ahora procuraremos poner en duda esas limitaciones y plantearnos nuevas oportunidades para trabajar duro por lograr aquello que soñábamos y postergamos.

  El cambio requiere actitud y determinación. Es un camino de trabajo personal que ningún psicoterapeuta, ni medicación, puede recorrer por ti.

Recuerda poner sentimiento y reiteración en aquellos pensamientos que quieres adoptar por nuevos!


Muchas gracias por estar!

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