La sexualidad de nuestros hijos

... Se supone que el acto de paternidad/maternidad implica esencialmente cuidar de quienes por su inmadurez y vulnerabilidad, es decir los niños, no pueden hacerlo por sí mismos. Esto implica alimentar; vestir; curar; formar en valores de respeto hacia los demás y contener en el afecto, de modo tal que esa persona en crecimiento construya en su interior todas las fortalezas necesarias que le permitan de adulto ocuparse de sí mismo y de otros a su vez. Y así contribuir a la gran cadena de la vida y la evolución.
...Y aquí señores, prescribieron los alcances de las decisiones y los criterios personales de los padres sobre los hijos, donde comienza una nueva etapa: la del respeto hacia ellos en el sentido de...

1- Entender que los gustos y vocaciones no siempre se heredan, aunque los padres no estén de acuerdo con ellos. Y esta última cuestión ya es parte de otra historia a la cual los hijos no pertenecen ni se deben. Toda vez que un padre proyecta sus propias ambiciones, sus sueños frustrados y su propia visión del mundo en un hijo, lo destruye en lo más profundo de su Ser. Los hijos son individuos irrepetibles, únicos y autónomos por naturaleza. La felicidad a la que pueden aspirar solo puede nacer de la propia libertad, y en su propio corazón.

2- Respetar las inclinaciones sexuales. 
Son muchos los padres aún, que montados en su propio egoísmo y horribles pre-juicios, ridículos machismos y pelotudez humana desconocen las diversas condiciones de expresión sexual del ser humano, asignando valoraciones estúpidas viciadas de ignorancia a las condiciones sexuales de los hijos que no pueden comprender. Estos padres, dignos retardados de épocas muertas niegan a sus hijos cuando niegan su sexualidad además de mostrar desamor y una falta total de respeto a las libertades humanas más elementales, entre ellas, el derecho a la intimidad y la vida propia. Lamentable es el padre que coacciona o extorsiona a sus hijos a causa de su ceguera. 

La orientación sexual no es una decisión personal. Es un estado adquirido en la etapa de desarrollo prenatal. Éste tenderá inevitablemente a consolidarse en el transcurso de la vida. La resistencia por razones conscientes o inconscientes solo conducen a una existencia de vacío y frustración. La homosexualidad No es una enfermedad. Las adjetivaciones que se hacen sobre ella, tienen su naciente en cuestiones culturales y paradigmas inculcados principalmente por dogmas religiosos.

Muchas gracias!